jueves, 9 de junio de 2011

Mi primavera siempre si llegó

Nunca me ha gustado sentirme enferma, y menos cuando estoy en este pueblo tan pintoresco y lleno de gente a la que puedo observar e inspirarme en las múltiples maneras de moverse, de caminar, de observar, de ser .
Odio sentirme enferma, odio sentir esas flemas en mi garganta causadas por mis múltiples vicios, odio la sensación de querer escupirlas y tener que tragarlas para no incomodar a nadie. Son molestos los dolores de cabeza, es molesto sentir punzadas en mi sien izquierda, (esos crueles recordatorios de morales y éticas, de razón y lógica, que no necesito,... ¿porqué no aceptar que sobran, que no tienen lugar, que nos frustran?..., lo que importa es un lado libre, sano, fuerte. seguro... una rodilla derecha, un tobillo derecho, un codo derecho, una muñeca derecha, tu brazo derecho lleno de lunares.) Y todo lo ves como constelaciones complejas que te ayudé a unir. Observando tan pasivamente ésta jodida primavera que con un minuto de ira se transforma en verano.

P.D. El único zurdo que tiene derecho eres tú.

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