jueves, 17 de noviembre de 2011

Presencia- Ausencia

Desperté a las 4am ... me encontraba ocupando tres asientos del tren, cobijada, descalzada y sin lentes, no había nadie más en el vagón. Encima de la maleta encontré una nota.

"Con pasión, amor y muchos gramos de locura, el más grande de tus admiradores."

De inmediato te busqué, en una mirada recorrí el vagón completo y confirmé que era la única pasajera. Me sumergí en el edredón y me ahogué en tí al reconocer tu olor en él.
La última imagen que tuve fue la de tu silueta levantándose del asiento, el cansancio del viaje me hizo darte un torpe beso y un giro adormilado.... Este cansancio y esta ausencia me hicieron dormir profundamente.....

Tu ausencia me acompañó todo el día junto con la sensación de rechazo a mi cansancio...

Ya es la 1.30am y sigo despierta. Encontré en mi cartera una tarjeta de Farmacias del ahorro, la utilicé para abrir la compuerta del vagón para poder salir al "balcón"; lugar donde los pasajeros no pueden acceder sin embargo empieza la madrugada y todo el tren duerme; Con la noche fría esperando me envolví con la cobija de cuadros y tomé dos cigarrillos de los cuales solo me fumé uno para poder aminorar el sueño y disfrutar de la vista que un tren te puede ofrecer....

... Fumando espero .....

Recordé la nota sobre la maleta y tus besos y tus caricias.... tu manera de contemplar los detalles y la pasión con la que los describes y escribes .... recordé tu locura que me sorprende, esa locura que te convierte en un estuche de monerías ... la espontaneidad con la que haces y deshaces ....

... la espontaneidad con la que apareces y desapareces ...


Te doy la razón al decir que eres el más grande de mis admiradores, nunca me había sentido tan "stalqueada", nadie tiene la devoción que le das a cada mirada, a cada caricia, a cada palabra, nadie se ha escondido tan bien en un vagón de tren como tú lo has hecho.
Te dejo la última calada del pitillo, así mientras duermo podré notar la sinuosas estelas que entran al vagón desde la puerta trasera ....

1 comentario:

asco dijo...

Flashazos me llegan a la cabeza. Todas esas escapadas del tren los siento como una ensoñación, dulce pero a la vez traicionera. Cuando quisiera quedarme a cuidar tu sueño hasta que salga el sol, tengo que salir a hurtadillas del lugar.

Quisiera que un día pudieras salir de ese tren conmigo a esa hora, hablaría y hablaría todo lo que siento en medio de la madrugada, sentirías ese escalofrío que sube por toda la espalda y lleba la marca de tus dedos en él. La soledad y tus ojos me van viendo como si fuera la luz de la luna del lugar de Hidalgo en donde casi nos caemos de rodillas. Sentirías todo el calor que envuelve a mi corazón, todo el calor que es envuelto por tu sólo recuerdo, por tus ojos a medio abrir o a medio cerrar, envueltos en sueños y tus mejillas, ligeramente ruborizadas por el sueño y el contacto con mis ropas. También imagino el momento en el que despiertas, que siento que es casi el momento en el que yo me logro quedar dormido. Me siento tan unido a ti que siento que tu te despiertas para yo poder quedarme dormido y tu duermes porque yo puedo estarte cuidando...

No se si sea el más grande de tus admiradores, de lo que estoy seguro, es que tus ojos son mi templo y tu cuerpo mi religión.