martes, 18 de septiembre de 2012

Mi sueño

Desde pequeña mi sueño tomó vida propia creció tanto que se desbordaba, empezó a salirse por mis ojos y por mi boca en forma de pequeños  bostezos hasta estar por completo fuera de mí. Desde ese entonces siempre camina a mi lado, cambiando de forma y colores; la mayoría de las veces es un hombre africano, alto y delgado que cuida mi espalda, cuando se aburré se convierté en un pavo real  que camina a mi costado y otras ocasiones se transforma en un largo, profundo y silencioso ruido de mar.

La razón por la que mi sueño se volvió tan grande y pesado fue por el escándalo nocturno de mi vieja casa, siempre había fiestas por lo tanto escaseaban las noches silenciosas. Entonces creció para poder protegerme de la contaminación de la ciudad, creció para taparme los oídos durante la noche y no escuchar ruido externo que perturbe la imaginación y el inconsciente que se mezclan al compás de los ronquidos y suspiros, creció para poder disfrutarme en la noche, para poder contemplarme y cuidarme mientras duermo. Sin embargo en esta semana mi querido sueño me abandonó, se fue lamentándose que no le he regalado una noche entera o al menos sus respetables ocho horas diarias, indignado salió por la puerta del jardín en forma de pavo real, tan altivo, elegante y arrogante que lo último que vi fue su hermoso plumaje extendido en abanico. Pensé que regresaría por la noche pero han pasado veintinueve días y lo sigo esperando....

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